Amigurumis de personajes célebres, gorritos de bebé, bufandas y cuellos, hechos a mano en ganchillo o crochet, con mucho amor e ilusión.
Amigurumi, (編み包み?) es el término japonés para definir un peluche tejido. Es un pequeño muñeco realizado a mano en crochet o ganchillo, que forma parte de la cultura kawaii.
Según indica Wikipedia, el uso del amigurumi, va más allá de ser una «…figurita decorativa o juguete,…» ya que «…el objetivo que persiguen los amigurumis es alimentar el espíritu de niño que todos llevamos dentro. Según la costumbre, cada amigurumi posee un «alma» que lo convierte en el compañero y confidente de por vida de su dueño, proporcionándole protección y consuelo en los momentos de estrés y tristeza.
Estas figuritas son objetos de apego ligados a conceptos de amistad, complicidad y compañía. Proporcionan protección y seguridad a su propietario. En algunos casos, son usados como amuletos personales y también en casas, negocios y puestos de trabajo. En Japón, es usual verlos en las oficinas, al lado de los ordenadores como un símbolo de apego o adorno personal, o como recordatorio de respirar, sonreír y hacer una pausa.
Normalmente estos muñequitos toman forma principalmente de animales como ositos, conejos, gatos o perros, pero también adquieren otras formas como comidas, plantas, e incluso accesorios como bolsos, bisutería, etc.»
Mari Linares ha ampliado el catálogo de amigurumis tradicionales y ha incorporado creaciones que recrean personajes de la película Star Wars, los Minions, Snoopy, Angry Birds o cantantes como Freddy Mercury.
Además de estos personajes de ganchillo, en MiKuFoKa se pueden adquirir gorritos para bebés, bufandas y cuellos, collares vintaje, mitones y broches.
¿Cómo nació MiKuFoKa?
Detrás de MiKuFoKa está Mari Linares, una emprendedora catalana con pasión por la manualidades, la artesania y el diseño, que en 2005 decidió dar un cambio a su vida profesional y dedicarse, junto con su pareja, a la creación de amigurumis y otras creaciones hechas a mano.
Un cambio profesional, tras trabajar más de 5 años en el sector de los recursos humanos para una empresa europea, fue el motivo para que esta catalana afincada en Barcelona hiciera de su pasión por el ganchillo o crochet, un negocio.
Según explica en Shopify, fueron los amigos y familiares quienes le animaron a emprender y vender sus originales creaciones por Internet y a crear la marca MiKuFoKa.
