Churrería neocastiza 100% madrileña que elabora churros con coberturas de chocolate belga y toppings personalizados.
Situada en un pequeño local del madrileño barrio de Chamberí, inspirado en los comercios vanguardistas de alimentación y hostelería de los años 30-40, encontramos un lugar único para merendar o desayunar los tradicionales churros crujientes de lazo, pero en su versión más moderna y original.
Además, encontrarás exquisitas porras, “mads” (churros rosca mini), “schotis” (flores manchegas hechas con masa de churro, huevo y anís) y “pichis” (churros versión mini de forma redondeada que se venden en cubitos de 12 unidades) acompañadas de un delicioso chocolate belga con Baileys, nata y perlas de chocolate.
Para su elaboración se han utilizado ingredientes 100% naturales: Agua, harina y sal en una proporción secreta que no desvelan.
¿Cómo nació Schotis?
Detrás de este negocio original se encuentra Sandra Martínez de Luco, arquitecta y gerente de promociones, que decidió reinventarse hace un año, tras el parón obligado de la pandemia, y crear un nuevo concepto de churrería refinada con un diseño de local fuera de preestablecidas tendencias, altamente estético, artístico, limpio y con un componente aspiracional similar a la de una firma de moda de lujo.
Pablo Quevedo, director creativo de la marca schotis explica que el nombre para la churrería “.. nace de un clásico restaurante ya cerrado que se ubicaba en el madrileño barrio de La Latina…” y “… uno de los primeros lugares en el Madrid donde se podía comer un filete mignon.”
